Objetivos
La Plataforma Tecnológica Española del Agua es una red de I+D+i del sector del agua cuyos objetivos principales son:
- Generar valor añadido para los Socios, el Sector y la Sociedad.
- Fomentar la participación y colaboración en materia de I+D+i entre entidades y autoridades nacionales e internacionales, públicas y privadas, fortaleciendo la colaboración entre la comunidad científica con el sector empresarial.
- Elaborar e implantar una Agenda Estratégica de Investigación (AEI).
- Identificar y promover proyectos de I+D+i.
- Fomentar la transferencia tecnológica.
- Promover la formación del tejido productivo y de usuarios.
La Plataforma promueve la I+D+i sectorial, y la participación española en el panorama internacional, y en especial de empresas y centros públicos españoles en programas, iniciativas y proyectos de la Unión Europea.
Para cumplir estos objetivos, la PTEA:
Analiza la situación:
- Detectando las problemáticas y las necesidades del sector.
- Examinando las capacidades existentes.
- Compartiendo oportunidades internas y externas.
- Realizando labores de vigilancia tecnológica.
Define e impulsa actuaciones:
- Fomentando la creación de infraestructuras científicas y técnicas.
- Abriendo líneas de investigación, desarrollo y transferencia tecnológica.
- Apoyando las empresas de base tecnológica y el desarrollo del entramado tecnológico nacional.
- Orientando y apoyando a las estrategias empresariales en línea con el interés público.
- Estimulando la investigación industrial a medio y largo plazo.
- Contribuyendo con la plataforma europea del agua de acuerdo con la estrategia española.
- Aumentando la participación y liderazgo español en las iniciativas europeas de I+D+i.
- Fomentando la cooperación española en materia de I+D+i con otros países y regiones.
Orienta:
- A las instituciones públicas, para definir las normativas sectoriales y los planes nacionales de I+D+i.
- A las entidades privadas, para mejorar, a través de la I+D+i, su competitividad e internacionalización.
Justificación
En un mundo en crecimiento y extraordinariamente cambiante, de la antaño tradicional estructura bipolar se está pasando a un mundo marcado por la multipolaridad e, incluso, la apolaridad. Si después de la Segunda Guerra Mundial hubo una transferencia de poder de las metrópolis hacia los nuevos grandes estados hoy asistimos al mismo fenómeno hacia países culturalmente muy diferentes; inclusive, asistimos, al unísono, al reto de una transferencia de poder dentro de los estados, con destino a los mercados, a los agentes no estatales o a los grupos asociativos.
Actualmente, la industria del agua en España factura más de 23.000 millones de Euros anuales y emplea a unos 167.000 trabajadores y constituye un sector dinámico que ofrece soluciones y productos innovadores para cada necesidad y en cualquier parte del mundo. Es tiempo de acción, de innovar y cooperar. Aún en un escenario global de oportunidad, de crecimiento de las inversiones en agua, impulsado especialmente por las economías emergentes, como es el caso de China, Rusia, Oriente Medio, África, India o Brasil. Pero también cuando aparece un panorama nacional de estancamiento y perdida de tejido empresarial, de presupuestos públicos a la baja y de inversiones en I+D+i de las empresas dependientes de los estímulos de la administración y muy por debajo, aún, de la media europea. Y aún cuando existe una alta competencia entre países por su capacidad de producir a unos bajos costes o con un gran diferencial de llevar a cabo la innovación con un reducido time-to-market.
Este es el entorno cambiante en el que nos ha tocado vivir, dominado por las incertidumbres del fin de una era tecnológica y de desarrollo industrial y el tránsito hacia una era del conocimiento y de cambios en el modelo energético. Por ello, surge la necesidad de un desarrollo global basado en la sostenibilidad y en las nuevas y emergentes tecnologías. El agua es un recurso estratégico y prioritario para el desarrollo socioeconómico y la conservación del medio ambiente; sin embargo, su transversalidad hace que el sector del agua sea muy heterogéneo y complejo, con una alta dispersión de colectivos, instituciones, empresas y profesionales. En definitiva, un sector esencial, estratégico; pero menos visible de lo que le corresponde.
Solamente a partir del conocimiento, innovación y del trabajo en red entre todos los agentes involucrados será posible alcanzar un modelo de crecimiento más equilibrado y sostenible en el que la gobernabilidad del agua, sus infraestructuras y tecnologías sean protagonistas. Es tiempo de acción, es tiempo de innovar y, sobretodo, es tiempo de cooperar. Ello significa que el sector del agua debe dar un paso hacia delante y configurarse como agente de cambio. España es una de las referencias globales en tecnologías del agua, por sus características geográficas y climatológicas, pero sobre todo, por las políticas de Estado definidas e implementadas desde principios del siglo pasado; ello ha desarrollado un saber hacer y un tejido empresarial especializado y competitivo.
Hay que innovar y cooperar porqué la inversión en agua a nivel mundial se mantendrá muy por debajo de las necesidades reales y la oferta está muy por debajo de la demanda. Invertir en agua es necesario y rentable; es rentable porqué la tasa de crecimiento anual fue del 6% en la última década y se prevé que el sector doble su crecimiento en los próximos 10 años. Y es necesario porque hay grandes bolsas de población mundial sin acceso a los servicios de agua y de saneamiento.
Por todo ello, hace falta apostar por políticas de competitividad, de posicionamiento y notoriedad de la marca de tecnología española del agua, de optimización de procesos y de internacionalización de las empresas y de la I+D+i.
Antecedentes
La actual PTEA tuvo su origen en la Plataforma Tecnológica Española del Riego, promovida por Asociación de Fabricantes para Agua y Riego Españoles (AFRE), como consecuencia de una subvención procedente del Ministerio de Educación y Ciencia el 13 de noviembre de 2007. En su Asamblea Constituyente (Madrid, 4/7/07) se planteó su ampliación a todo el sector del agua, dando lugar, meses más tarde, a un nuevo proyecto colaborativo, titulado “Plataforma Tecnológica Española del Agua” y promovido conjuntamente por AFRE, AEAS, ATTA, AETIC, la empresa pública TRAGSA, AQUA ESPAÑA y TECNIBERIA, soportada mediante una nueva subvención del Ministerio de Ciencia e Innovación el 23 de junio de 2008.
Tras dos años desde su nacimiento, se constituyó como Asociación con entidad jurídica propia y aprobó su Estrategia 2020 (ΣH2O), generando una gran oportunidad para integrar el sector en esta red y participar colaborativamente en la definición final, aprobación e implementación de su estrategia.